REencontrando


Hoy quiero celebrar los re-encuentros. Los que te traen cosas bonitas y los que te obscurecen un rato. Los que buscas toda la vida y los que llegan sin previo aviso. Los que te voltean el mundo de cabeza, te tiran al suelo, te sacuden y te vuelven a poner de pie, dejándote sin aliento. Esos.

Suelo buscar re-encuentros cuando mas llena estoy de dolor, invadida de rabia, miedo, egoísmo y cobardía. Y llegan, pero obscuritos y acompañados de mucho dolor. Esos ya no me gustan.

Así que un día, decidí mirar hacia adentro. Y ahí entendí que absolutamente todo lo que pasa a mi alrededor es reflejo de lo que soy por dentro. Estos momentos de cambio son condimentados con silencio, para mirar hacia adentro. Es de ahí que vino todo lo que vi afuera. Y es eso lo que veré manifestado mañana.

Y te volví a ver. Te volví a ver en la calle a miles de kilómetros de aquí.

Moviéndome tanto, toda la vida me he nutrido de encuentros y Re-encuentros. Me nutren el ego, el corazón, el sentido de servicio y de ser. Nutres a los que te nutren porque te llenan tanto que, no te cabe más. Te nutren porque cada evento es un detalle más para tu banco de datos. El disco duro termina por procesar esa información, archivándola en alguna carpeta específica. Cualquiera que sea su destino, tiene uno y eso es lo que hoy celebro. El destino de los re-encuentros.

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